Consigna 18. Están en una ciudad aislada en el
desierto, rodeada por muros que protegen a los habitantes de leones y leopardos
que la acechan. A veces, se cuelan las hienas y atacan a los enfermos. Un chico
les muestra las manos: escriban un poema a partir de lo que ven.
Guaguancó.
palmo por paliar,
paliar por pala,
pila por peligro
y palo en las palmas.
Somos julepe.
Ahora mandado.
Palma es por palmo
y gotas de rocío, si acaso.
Silencio es por murmullo.
Amparo en sus palmas.
Me salvo salvándole,
palmar de hambre,
palmear al cántico errabundo.
Palma es palmo,
Pablo es palazo
y detrás de las líneas
que separan a blancos,
hay una palmera escondrijo.
Desde ella se ve la pasma.
Palmo es apuesta,
es inmolación.
Le tomo una mano
y palpo intento,
nos encanijamos
y dilapido la apuesta.
Palmados somos palmo.
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